¿Qué es una traducción jurada?

Cada día son más las personas que necesitan encargar las traducciones juradas de sus documentos.

Si bien algunos de ellos ya conocen las características de este tipo de traducciones, otros simplemente saben que necesitan una traducción jurada porque así se lo han indicado. También hay otro grupo, cada vez más minoritario, que no comprende la diferencia entre una traducción jurídica y una traducción jurada, sobre todo en lo relativo a su precio y al modo de entrega de la misma.

Para disipar todas aquellas dudas en relación con este tipo de traducciones te traemos esta entrada, que repasa todos los elementos constitutivos de una traducción jurada, además de ofrecer ejemplos de documentos susceptibles de necesitar este tipo de traducción y proporcionar a los particulares orientación para asegurarse de que su traducción jurada sea una traducción de calidad.

¿Qué es una traducción jurada?

 

Una traducción jurada es una traducción oficial de un documento, realizada para producir plenos efectos legales en el organismo o institución de destino ante el que se presenta

 

El valor oficial de este tipo de traducciones viene otorgado por el Real Decreto 2555/1977, de 27 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento de la Oficina de Interpretación de Lenguas del Ministerio de Asuntos Exteriores.

A diferencia del resto de traducciones, una jurada no la puede realizar cualquier traductor, aunque sean titulados universitarios con estudios superiores en Traducción e Interpretación.

Una traducción jurada sólo pueden la pueden realizar los Traductores Jurados, expertos acreditados en posesión del título profesional de Traductor/Intérprete Jurado, que sólo puede ser otorgado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y como tales, especializados en traducciones jurídicas y económicas y  habilitados para certificar la fidelidad, exactitud e integridad de una traducción, de modo que surtan los efectos legales que le son inherentes.

Todos ellos figuran en una lista que el Ministerio mantiene actualizada periódicamente. Con respecto a las lenguas cooficiales (catalán, gallego y euskera), los traductores jurados son habilitados por el organismo competente en materia de política lingüística de la Comunidad Autónoma respectiva, tras la superación de las pruebas correspondientes. Asimismo, cada Comunidad mantiene una lista de los profesionales acreditados.

Requisitos para ser traductor jurado

Para obtener esta acreditación profesional, además de estar en posesión de un título universitario, es necesario superar unas complicadas pruebas traductológicas, con y sin diccionario, de temática jurídica y económica nacional e internacional, que demuestren los conocimientos y la pericia de los aspirantes para poder acometer unas traducciones de un alto nivel de complejidad y que arrojan consecuencias jurídicas en relación a su contenido.

¿Cómo se otorga validez a una traducción?

Para conferir validez legal a un documento traducido, un traductor jurado se vale de tres herramientas, el sello, la certificación y la firma.

Son los tres elementos constitutivos y diferenciadores de las traducciones juradas. La falta de uno de estos elementos tendrá como consecuencia la invalidez y no aceptación de la traducción en el organismo o institución de destino.

Tanto el sello como la firma de todos los Traductores Jurados habilitados se encuentra debidamente registrada, junto con sus datos personales, en la Oficina de Interpretación de Lenguas, mientras que la certificación, si bien reviste la forma de fórmula meramente ritual, al incluir el nombre y apellidos del traductor que efectúa la traducción, está considerada asimismo como una de las partes integrantes de la traducción.

 

Una traducción jurada asegura su veracidad, fidelidad e integridad con respecto al documento original objeto de traducción, y da fe de la fiabilidad del contenido de la traducción.

 

¿Cuándo se necesita una traducción jurada?

La razón de ser de las traducciones juradas, con valor oficial, responde a la existencia de la necesidad desarrollada por la sociedad de internacionalización en la que vivimos de poder contar con la libre circulación de servicios, personas, mercancías y capitales.

Hoy en día no resulta extraño que las personas postulen a ofertas laborales para puestos de trabajo situados en un país extranjero, para lo que necesitan presentar sus credenciales académicas en el idioma de ese país. Teniendo en cuenta que todos los documentos académicos tienen valor oficial en el país de origen, la única manera en la que se puede trasladar esa oficialidad al país de destino es a través de su traducción jurada.

Lo mismo ocurre con los visados y permisos de residencia. Estos documentos son emitidos por organismos oficiales en un país de origen, dada la importancia de los datos que contienen. Para hacer valer dichos datos en otro país, deben estar respaldados de manera oficial, función que cumplen las traducciones juradas.

Igualmente, cualquier clase de contratos o negocios jurídicos, acreditación, documento notarial o documentos relativos a la identidad de las personas, físicas o jurídicas (certificados de defunción, declaración de disolución de una sociedad, partidas de nacimiento, etc.), aunque vinculantes, dado que se presupone su buena fe, para surtir plenos efectos legales en un país cuyo idioma oficial sea diferente al país de expedición del documento, deben ir acompañados de su correspondiente traducción jurada, debidamente sellada y firmada.

¿Cómo encargar una traducción jurada?

La manera más fácil es contactando con una agencia de traducción de garantía que se ocupe de asignar la traducción de su documento a un traductor jurado debidamente habilitado en la combinación lingüística requerida, que además posea un mínimo de años de experiencia profesional en la realización de este tipo de traducciones y que tenga su sello actualizado de conformidad con la legislación vigente (Orden AEC/2125/2014, de 6 de Noviembre). La agencia le debería garantizar también que la traducción sea revisada como mínimo, por otro traductor, de manera previa a su sellado y certificación, con lo cual, cualquier mínimo error en la traducción será corregido y el cliente tendrá la seguridad de que su traducción será aceptada en el organismo o institución de destino.

Pero también se puede consultar directamente la Lista Oficial de Traductores /Interpretes Jurados del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, que se actualiza periódicamente, e intentar contactar con alguno de los intérpretes y traductores jurados que figuran en la misma, clasificados por la combinación lingüística necesaria.

Para las lenguas cooficiales, puedes consultar las listas de traductores jurados de las Comunidades autónomas correspondientes: aquí (catalán), aquí (euskera) y aquí (gallego).

En resumen…

Como hemos podido ver, una traducción jurada no es, ni mucho menos, lo mismo que una traducción jurídica. El hecho de que revista carácter oficial y que sólo pueda ser realizada por determinados profesionales acreditados, explica la diferencia de precio entre ellas y el resto de traducciones, así como la necesidad (cada vez más laxa) de presentarlas en formato físico, y no digital, y la imposibilidad de su reproducción ilimitada, salvo copia certificada, sellada y debidamente firmada por el mismo/ u otro Traductor Jurado habilitado.

About María Jesús Fernández Villar

Bachelor's degree in Translation and Interpreting. Degree in Law. Sworn Translator ES-FR No. 8381. Translator and proofreader in the French and English to Spanish combinations.

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