

Si queremos aumentar el volumen de ventas de nuestro negocio, podemos crear una página web para llegar a un mayor número de clientes. Por su puesto, un buen diseño web es clave a la hora de captar y fidelizar clientes y posicionarnos en el mercado nacional. Y una vez llegados hasta aquí, ¿por qué no ir más allá y dar el salto al mercado internacional?
Podemos empezar simplemente traduciendo nuestra página web. En realidad, esto no sólo nos va a permitir expandir nuestro negocio y llegar a nuevos clientes al eliminar las barreras de la comunicación, sino también mejorar significativamente nuestro posicionamiento SEO, lo que se traduce también en (¡oh, sorpresa!) todavía más clientes.
El inglés tiene el estatus de lengua internacional, por lo que no es de extrañar que sea el idioma más utilizado en internet, como muestra este gráfico del sitio web Statista.
Gráfico de Statista sobre los idiomas más usados en internet
Es una sencilla operación que podríamos resumir así:
< BARRERAS LINGÜÍSTICAS → > VISITAS → > POSICIONAMIENTO → > NÚMERO DE CLIENTES
Para traducir una página web no basta sólo con traducir las palabras, es necesario adaptar el entorno web a la cultura del receptor para que nada le resulte extraño. Una página web en la lengua materna del cliente le genera más confianza. Por otro lado, en este tipo de traducciones hay que tener en cuenta el código del software y el impacto que cada lengua tiene sobre el mismo. Este proceso se denomina localización.
La localización es el proceso de adaptación por el que debe pasar un software para ajustarse a una región específica.
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¡Ya está la traductora erre que erre con que el Google Translator no me va a funcionar, qué tía más pesada!
Puede parecer que los traductores estamos permanentemente en guerra contra el Google Translator y demás traductores automáticos porque nos roban el trabajo, así que nos dedicamos a difamarlos por todos los medios posibles. Nada más lejos de la realidad. Es cierto que la tecnología ha mejorado mucho en materia de traducción automática, eso no se puede negar; los traductores automáticos transfieren palabras de un idioma a otro a una velocidad envidiable.
Sin embargo, no nos cansaremos de decirlo: traducir es mucho más que escribir equivalencias de palabras en otro idioma. Las lenguas están vivas: se adaptan, evolucionan y varían según el contexto y el lugar. Teniendo esto en cuenta, resulta comprensible que un simple software no pueda transmitir a la perfección un idioma como lo hace un humano.
De la misma forma, debido a los conocimientos técnicos necesarios para desempeñar esta tarea, tampoco cualquier humano puede hacerlo.
¿Quién querría comprar una pecera que fríe a sus peces?
¿Todavía crees que un traductor automático sale más rentable y que, por ahorrarte algo de dinero, es mejor prescindir de la calidad que ofrece un traductor profesional?
Sabemos que el dinero es importante y que de su buen manejo depende un negocio, pero la traducción de un experto no es un simple capricho. ¿Qué pasa si desconocemos un idioma y nos fiamos de un traductor automático? Pues que estaremos a merced de errores garrafales que seremos totalmente incapaces de detectar.
Los ejemplos de malas traducciones con resultados cómicos son interminables en la red. Es cierto que pueden hacernos pasar un buen rato, pero puede que no seamos realmente conscientes de las consecuencias que tienen.
A diferencia de lo que ocurre en otros tipos de traducción en los que simplemente hay que traducir un texto de corrido, en la traducción de páginas web y en la traducción audiovisual (películas, series de televisión, videojuegos…), entran en juego otras cuestiones que resulta imprescindible tener en cuenta. Como dije antes, la localización de páginas web implica no sólo el transvase de las palabras de un idioma a otro, sino también la adaptación del modo de vida y cultura.
Crear una marca implicar crear una fidelización, un movimiento, y la traducción tiene que demostrarlo. Un buen ejemplo de ello son marcas como Adidas o Vans, que fueron creadas con un propósito inicial, pero con el tiempo han pasado a ser relacionadas con, o incluso a representar un movimiento diferente, una cultura y un modo de vida. En este aspecto, la cultura es esencial. Un traductor automático trasvasa palabras, no culturas. Como la cultura influye en la lengua y viceversa, y esta última evoluciona sin parar, surgen constantemente palabras de argot y neologismos, y los traductores automáticos a menudo no son capaces de detectar estas palabras. Un traductor especializado en traducción web sabrá transmitir a la perfección el mensaje de la marca, adaptándolo al cliente receptor y al mercado objetivo.
Además, el traductor sabrá cómo adaptar el texto de la página web en el idioma de llegada de forma que ayude a un mejor posicionamiento en la web, mediante el uso de la semántica apropiada y palabras clave, entre otros.
Por último, el traductor tendrá en cuenta que se trata de una traducción subordinada, que debe adaptarse a un espacio limitado y que se integra dentro de un código de programación; por lo que la traducción podrá adaptarse a la página web sin que surjan conflictos, así como a las diversas versiones de la misma (versión móvil).
En la traducción de páginas web se tienen en cuenta los siguientes aspectos: · Traducción del idioma · Adaptación a la cultura receptora · Transmisión del mensaje de la marca · Mercado objetivo · Optimización en los motores de búsqueda · Código de la página web · Optimización de la página web
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Muchas veces, los empresarios descuidan este aspecto cuando trabajan en sus páginas web. En un primer momento parece lógico: ¿si mi público objetivo es del ámbito local, para qué necesito traducir mi página web? Sin embargo, si repasamos el apartado anterior nos daremos cuenta de que las implicaciones de la traducción de una página web van más allá de los clientes a los que nos dirigimos.
En primer lugar, aunque pensemos que nuestro público objetivo en el ámbito local va a compartir nuestro idioma, esto no siempre es así: el turismo y los movimientos migratorios difuminan las líneas de lo nacional e internacional, por lo que una buena traducción eliminará cualquier posibilidad de tropezar con una barrera lingüística.
En segundo lugar, como ya he mencionado, la disponibilidad de una página web en varios idiomas crea la impresión de una empresa o marca internacionalizada, lo que a su vez sugiere al cliente un mayor volumen de negocio y, por ende, mayor calidad en los productos o servicios ofertados. Las personas confían en aquello en lo que confían los demás, por lo que siempre hay que procurar que nuestra marca proyecte una buena imagen.
La traducción de páginas web es un sector con gran demanda debido a la creciente internacionalización del comercio y los nuevos modelos de negocio, basados principalmente en el comercio online. Muchas son las empresas y personas que se decantan por la traducción automática y dejan de lado aspectos de la localización tan importantes como la traducción de las palabras (o incluso más), como son la adaptación a la cultura receptora y el posicionamiento en los motores de búsqueda. Así como una mala traducción puede arruinar por completo la imagen de una marca, una traducción experta y especializada puede ser una de las claves del éxito a la hora de lanzar un negocio en el mercado internacional (o no tan internacional) y crear una imagen propia.
Graduate Degree in Translation and Interpreting from Universidade de Vigo, Spain. Degree in English Language and German from Bangor University, UK. English teacher and translator and proofreader in the German and English to Spanish combinations. Published author.
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